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UNA DÉCADA DESPUÉS… VALDÉS LOGRA EL CAMPEONATO NACIONAL


UNA DÉCADA DESPUÉS… VALDÉS LOGRA EL CAMPEONATO NACIONAL

*Contabiliza 40 años inmerso en el mundo del ajedrez.

Por Rodrigo Murillo Arce

Para Leonardo Valdés coronarse como campeón en el Campeonato Nacional Absoluto 2022 tiene un valor muy significativo. ¿Por qué? Cumple exactamente una década del último galardón nacional que guarda en sus vitrinas; y contabiliza 40 años de su primera participación en un torneo de ajedrez.

Razones suficientes para celebrar por todo lo alto el trofeo de primer lugar que llevará a su colección personal.

“Este título representa muchas cosas, es imposible describirlas todas de una sola vez”, dijo de primera entrada el ajedrecista en charla con la página web de la Federación Costarricense de Ajedrez.

“Es un logro que yo veía cada vez más lejano, dado que la última vez que había sido campeón nacional fue en 2012. Había estado cerca, con varios subcampeonatos, pero no lo había podido ganar en todo este tiempo. Por ese lado es un logro difícil de describir”, añadió Valdés, quien con nostalgia recuerda los más de 40 años que contabiliza viajando por el mundo del deporte ciencia.

“Asimismo, es una especie de vuelta entera que se vuelve a dar, pues se cumplen exactamente 40 años de mi primer torneo, en 1982. Fueron mis inicios en el ajedrez y durante todo este tiempo no lo he abandonado nunca, y he pasado por tantas cosas que son ya prácticamente historia. A la vez, es la idea para mí de que la edad no es un inconveniente. De hecho, en algún punto podía ganarlo el gran jugador Chinchilla (Eugenio), que es incluso más veterano que yo. Y luego, por supuesto, estar, aunque sea por un momento por arriba de la nueva y fuerte generación, Durán (Sergio) y Chaves (Gabriel), ambos, paradójicamente, alumnos míos en su adolescencia”.

En 1998 consiguió su primer campeonato, siendo bastante joven y recién graduado como Bachiller en Psicología. De hecho, confiesa que ese paso lo llevó a dejar de lado la carrera de psicología para dedicarse a tiempo completo a la disciplina, aunque “afortunadamente no me dejaron”, sostuvo Valdés.

“Así que seguí estudiando hasta la licenciatura, que logré un año después. Pero en ese año intenté muchas cosas, como el título de MI en Cuba, que no lo logré en aquella ocasión. Desde entonces, si no me equivoco, lo gané (Campeonato Nacional) en 2001, 2002, 2007 y 2012. Cada uno tiene su historia, y ahora este. Así que en total son seis. Lo que es peor, es que aparentemente tengo 10 subcampeonatos, lo cual no sé si es bueno, o es malo”, apuntó el ajedrecista.

Después de convertirse en un coleccionista de trofeos y medallas, dice que su lucha ahora es “contra la edad, contra el paso del tiempo, y encontrar la motivación en tiempos tan difíciles”.

REPASO

Del recién finalizado Campeonato Nacional Absoluto 2022, argumenta que más que un aprendizaje, le ha dejado un impacto general, entendiendo que siempre se deben intentar jugar mejor, porque considera que mantener la motivación no es nada fácil, máxime a la hora de buscar el equilibrio con el trabajo, familia y demás actividades.

Por tanto, opina que el ajedrez es un ejercicio maratónico, que requiere de mucha disciplina, calma y esfuerzo.

“El nivel fue alto, la nueva generación, incluyendo ahora a Cabezas (David), viene subiendo de nivel cada vez más, y lo que complica aún más la situación es que la vieja generación también sigue aumentando el nivel. Supongo que es el alto grado de preparación, la gran información que existe, y el entrenamiento que hemos tenido todos en estos años, a veces grupales, lo que ha generado este fuerte nivel de competencia, de regularidad, y casi de igualdad entre todos nosotros. Creo que además hay mucha motivación en todos los jugadores, incluyendo los que juegan por primera vez. Hubo jugadores que no eran de primera división que también han subido su nivel. La gente está motivada, y trabaja bastante en ajedrez”.

Resume que el paso de la presencialidad a lo virtual, medida que tuvo que tomar la junta directiva de la FCA por el aumento de casos COVID en el país, fue lo más complicado de gestionar.

“El año pasado fue sencillamente imposible para mí. Como lo comenté, yo empecé a jugar en 1982, no había teléfonos celulares, existía si acaso una computadora de ajedrez, de marca Mephisto, que sólo la gente de mucho dinero podía conseguir. Por lo demás, yo jugaba con piezas de madera, en tableros hechos a mano, y estudiaba con libros o fotocopias. Así que por supuesto, ver lo que hay ahora es un paso cuántico. Pero si a esto le sumamos jugar en línea, con llamadas en Zoom, doble cámara, la posibilidad de tantísimos inconvenientes, perder por una posible desconexión, o sencillamente por mover mal el mouse, todas estas cosas son desconcertantes. Empezamos jugando presencial, y la pandemia hizo que se continuara virtual. No era mi deseo, yo quería que todo fuera presencial, pero no se pudo. Jugar de este modo, en línea, sigue siendo para mí muy difícil, pero supongo que ya me adapté un poco mejor a los nuevos tiempos”.

Se concentra en seguir mejorando y visualiza los eventos que tiene agendados de acuerdo a su planificación anual.

“No sé qué viene, pero puedo decir qué quisiera hacer. Y esto es jugar los torneos planificados, está el Iberoamericano en México, y después de eso, están el Zonal (una especie de Centroamericano y el Caribe) y el Continental. Sin contar la Olimpiada en Rusia. Es mi gran sueño volver a Rusia, también, muchos años después. Y esta vez, no ir en invierno, como la primera vez. Volver a jugar la Olimpiada, y quizás, intentar volver a jugar en mi añorada Barcelona, de la cual ya sólo me quedan recuerdos cada vez más lejanos, y necesito volver. Volver a jugar en Cataluña. Y quizás en Charlotte, donde ya es casi un espacio familiar, y algún otro torneo que aparezca. Planear un torneo en tiempos de pandemia es un ejercicio de futilidad. Pienso más en lo que quiero, y quizás pase, quizás no. Me gustaría jugar algún día en Argentina, y volver a Cuba. Pero en general, lo que más quiero es jugar mejor. Si de eso depende hacer la norma de GM no lo sé, porque la norma es un objetivo, y los objetivos son eso, algo que uno busca, pero nunca puede saber si lo encontrará”.