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APRENDIÓ A JUGAR AJEDREZ EN BICICLETA


APRENDIÓ A JUGAR AJEDREZ EN BICICLETA

Marco Francioni fue el único jugador extranjero en participar del Campeonato Nacional Abierto, que finalizó el domingo 18 de agosto. Francioni es un italiano que dejó su país hace seis años para iniciar una aventura de la que muy pocos se animarían: viajar por el mundo en bicicleta.

Un día Marco decidió empezar a volar pedal para visitar diferentes países. Primero viajó en avión a Asia, de ahí saltó a Australia y desde entonces la “bici” ha sido su mejor compañera, tan así que en la marcha despertó la pasión por el ajedrez y conoció a su gran amor.

Hace casi tres años que llegó a Sudamérica, donde atravesó diferentes países, uno de ellos Argentina, donde encontró a su media naranja. Por lo que ya no viaja solo, sino que lo hace con su compañera.

“Tengo seis años de estar viajando con mi bicicleta por el mundo, y hace año y medio viajo con mi compañera, una chica de Argentina que conocí y simplemente vamos rodando. Lo que hago es viajar, paro, trabajo, ahorro, vuelvo a viajar, también estudio ajedrez de un lado a otro, jugar online cuando puedo, eso es lo mío”, dijo Marco con una sonrisa de oreja a oreja, por haberse proclamado mejor 4ta División en el Campeonato Nacional Abierto.

El dinero que ganó como premio le sirve como impulso para llegar a Nicaragua, que será su próxima parada, y tiene como meta pasar a México en noviembre, donde se reencontrará con su madre, a quien tiene mucho tiempo de no ver.

“Ha sido una aventura muy linda, muy positiva, nunca tuve problema cuando viajé solo y ahora lo hago con mi compañero y tampoco hemos tenido una mala experiencia. Las subidas son duras, pero es descubrir el mundo, conocer gente, y para mí el ajedrez es una manera más profunda de conocer lugares, un país, una mentalidad de juego porque en todos los países es diferente”.

Pedaleando fue como aprendió a jugar ajedrez, con la ventaja de que en cada lugar que visita se encuentra con un estilo diferente de juego. Ese cúmulo de experiencias le han permitido desarrollarse en el deporte ciencia.

“Me enamoré del ajedrez viajando, jugando por el mundo y encontrando gente que me enseñaba, me daba una idea, me regalaba un libro. Siempre jugué desde pequeño, pero no en un nivel alto, fue durante el viaje que me enseñaron a anotarlo y cuando puedo me paro a jugar una partida, porque me gusta, sea en la calle, en un torneo, donde esté”

A Costa Rica ingresó por Puntarenas y se movilizó a Samara, donde se mantuvo por varias semanas.

Navegando por Internet se encontró con el anuncio del torneo en el Estadio Nacional y no lo pensó dos veces para inscribirse.

“Me di cuenta porque buscando por Internet vi el anuncio y desde entonces hice todo lo posible por inscribirme, porque era mi primera experiencia jugar un torneo reconocido por la FIDE. Luego cuando publicaron los participantes me dije que el nivel era muy bueno, pero soy muy feliz por los resultados que obtuve y más que todo por la experiencia”.

Considera un acierto haberse inscrito en el evento. “En el torneo me topé con gente muy valiosa, agradezco también a los árbitros, a la organización, a mis compañeros de juego, y fue una gran experiencia”.

Agradeció a todos los ticos que de una u otra manera le tendieron la mano en el tiempo que estuvo en nuestro país.

“He jugado varios torneos como en Colombia, Ecuador, Argentina y otros lugares, pero nunca que fuera oficial, y claramente en un Campeonato Nacional Abierto como el de Costa Rica el nivel aumenta y me sorprendió la calidad de juego que tienen los costarricenses. Y jugar un torneo con Maestros Nacionales y Maestros Internacionales para mí es una gran emoción y disfruté mucho. Fue un nivel muy alto, un desafío grande de la primera a la última partida”, finalizó.