¡Bienvenidos al Callao!

Panamericano de la Juventud en Perú
Después de un viaje no tan pesado, escala en Panamá y luego tres horas y media hasta Lima, por fin llegamos a Perú para dar inicio a las Crónicas del Festival Panamericano de Ajedrez de la Juventud, esta vez desde la municipalidad del Callao, en Lima.
Como siempre, levantarse de madrugada, un viaje sin sobresaltos en un escenario típico, escala en Panamá y directo al sur.
Nos recibió el recién inaugurado aeropuerto Jorge Chávez, una obra de gran magnitud e importancia, como corresponde a este tipo de edificaciones, pero que, al estilo usual de la política latinoamericana, aún tiene muchos trabajos pendientes por finalizar y que ha sido objeto de duras críticas por parte de la opinión pública.
Lima en este época del año es fría, nublada, pero sin lluvia, cosa que no es coherente desde nuestra perspectiva climática costarricense y que se explica por la complicada relación del ciclo de intercambio de calor entre el océano pacífico y la tierra firme. Lo que sí es cierto es que Lima es una de la ciudades más nubladas del mundo, eso sí, no olvidemos, sin lluvia.
Tanto que hacer, ¡tanto de qué hablar! Historia, arquitectura, literatura, arte, gastronomía y por supuesto ajedrez, todo en un solo lugar. Perú es tres mundos, sierra, costa y selva, todos juntos en un país grande con un espíritu más grande aún, tal es la fuerza del aire que se respira desde que uno se baja del avión.
Una de las cosas que inmediatamente llama la atención del entorno urbano, es la “libertad creativa” que se maneja en la construcción. Este definitivamente es uno de los temas a desarrollar en las crónicas, siendo que para este autor es un tema especialmente sensible.
Igualmente creativa es la conducción de vehículos en las calles, donde la señalización vial, tanto horizontal, cómo vertical, se interpreta más como una recomendación y no una regla de acatamiento obligatorio.
El día de mañana Perú festeja su fiesta nacional más importante, lo cual significó para nuestra delegación un viaje especialmente largo desde el aeropuerto hasta el hotel. Difícilmente el General de San Martín pudo haber previsto que al declarar de la independencia del Perú, esa mañana de 1821 en la Plaza Mayor de Lima, además de las celebraciones por el nacimiento de uno de los países más interesantes e icónicos de América, habría de convertirse en la razón y fuente de presas de tráfico de magnitud astronómica. Y es que, querido lector, puede creerme que, comparadas con la presas que nos ha tocado navegar hoy, las presas de San José lucen como un ballet en perfecta sincronía.
Además de lo anterior, el 29 de julio se celebra el día de las fuerzas armadas, con lo cual tenemos 2 feriados seguidos. ¿Qué se podía esperar entonces un domingo en vísperas de un doble feriado? Pues sí, presas.
Sin embargo, como dicen por ahí, no hay bien que por mal no venga (o era al revés?). El chofer a cargo de nuestro transporte, haciendo gala de la habilidad que caracteriza a este tipo de profesión, procedió a evitar las vías principales y se adentró en la maraña de calles estrechas que caracteriza a las ciudades de estructura colonial, por lo que pudimos tener un breve instante para apreciar la vida cotidiana de los barrios limeños en el casco histórico de la ciudad.
Cruzamos por, la Iglesia de los Desamparados (nombre a corroborar, el chofer no lució muy seguro cuando le preguntamos) en el parque Francia, lugar en el que alguna veces se jugó ajedrez, una calle llena de ventas de libros usados, un concierto de rock en una vía peatonal cuyo nombre no llegamos a saber y una infinidad de locales de comidas que aseguran ser el epítome de la gastronomía peruana.
Mañana a las 10.00 am empieza el torneo. Hay dudas acerca de la organización del transporte, los horarios no calzan completamente con el perfil de un torneo de doble ronda diaria, en el que hay que ir a jugar, devolverse al hotel a almorzar y luego nuevamente ir a jugar, esto a través de presas de tráfico que hacen recordar el cuento “La autopista al sur” de Cortázar. Pero bueno, como dice el proverbio ruso: viviremos, veremos.
Por lo pronto es importante recuperar el sueño perdido por la madrugada de hoy. Es fuerte la emoción de la expectativa de una nueva aventura en la tierra inca del Dios Inti, la Pacha Mama y todas las deidades del Tahuantinsuyo. Manténganse en sintonía, lo mejor está por venir.
En el casco histórico de Lima son las 22:45 y estamos a 16°C. Cambio y fuera.
Carlos Granados
