ALEJANDRO RAMÍREZ ENCIERRA PARTE DE LA HISTORIA DEL AJEDREZ TICO
*El Gran Maestro añadió: “cuando estuve en Costa Rica, tuve el apoyo de una gran cantidad de personas que me ayudaron mucho de distintas formas”.
Hablar de Alejandro Tadeo Ramírez Álvarez es abrir uno de los capítulos más importantes del libro de la historia del ajedrez costarricense.
Fue el primer Gran Maestro del país, título que consiguió a la edad de 15 años, siendo en aquel momento el segundo GM más joven del mundo.
Su primera vez con el tablero la tuvo con tan solo 4 años de edad. Fue su padre quien lo condujo por el camino de la disciplina, cuando un día decidió sacar un juego que pasó guardado por 20 años.
Don Jorge había comprado aquel juego a los 15 años, pero por diferentes compromisos y responsabilidades no le pudo sacar el jugo que quería; sin sospechar que le serviría a su hijo para iniciar en un deporte que le abriría muchas puertas.
Le enseñó a su primogénito a mover las piezas, lo que cautivó a Alejandro y años después empezó a dar de qué hablar con los resultados que obtenía.
Su nombre resonó con fuerza a nivel mundial por primera vez en la Olimpiada Mundial que se realizó en Eslovenia en el 2002. Alejandro tenía 13 años y logró hacer tablas con el Gran Maestro ruso Alexander Morozevich; un empate histórico para el ajedrez centroamericano.
En el hogar Ramírez Álvarez se desayunaba, almorzaba y cenaba ajedrez con mucha más intensidad a medida que el pequeño Alejandro progresaba en el juego acompañado de buenos resultados.
Don Jorge se dedicó a entrenar a su hijo y doña Maryorie se encargó de la logística, con el objetivo que Alejandro se concentrara al 100% en la disciplina, a la que le dedicaba hasta 8 horas diarias.
A los 14 años empezó a sumar las normas para convertirse en GM. Ese trayecto lo inició en el Torneo Capablanca In Memoriam en La Habana, Cuba, en 2003. La segunda norma la obtuvo en el Torneo Zonal 2.3 en Guayaquil, Ecuador ese mismo año, al conseguir el primer lugar empatado con el GM cubano, Lenier Domínguez.
Cabe destacar que el mismo evento en Sudamérica clasificó al Campeonato Mundial de Ajedrez, que se disputó en 2004, convirtiéndose en el único centroamericano en haber clasificado a tan reconocido evento.
Y llegó a la meta del GM al sumar 7 puntos en el Torneo Los Inmortales en República Dominicana en noviembre de 2003. El título de GM fue ratificado por FIDE en enero de 2005, al haber cumplido con las tres normas y sumar más de 2500 puntos de Elo.
Nació en el año de 1988 y sus triunfos en el deporte y logros académicos lo llevaron becado a la Universidad de Texas, Dallas (UTD), donde cursó la carrera de Arte y Tecnología, especialidad en Diseño y Programación de Videojuegos. En 2011 sacó su maestría.
Actualmente, Alejandro Ramírez está concentrado como entrenador de la Universidad de San Luis y comentarista del club de ajedrez de la ciudad.
Aunque el gusanillo de jugador lo sigue picando: “Por el momento mi siguiente reto será participar de nuevo en el Campeonato Nacional de Estados Unidos, al cual he sido invitado, además de volver a los 2600. Es un poco de pena no tenerlos”, dijo Ramírez Álvarez a la página web de la Federación Central de Ajedrez de Costa Rica.
Por las mismas oportunidades que le dio el deporte, Alejandro juega bajo la bandera de Estados Unidos, como lo fue desde el año 2010.
“Puedo decir que cuando juego ajedrez a nivel internacional llevo en mente a mi familia, a mis amigos que me apoyan y con los que preparo, y toda la gente que me ha ayudado a través de los años, muchísimos de ellos son costarricenses. Si, hasta hoy en día, en duelos contra GMs de élite, todavía recuerdo ideas que se discutían por Verny Alvarado, o el maestro Adrián Rodríguez, en el famoso club Capablanca.
Es verdad que cuando estuve en Costa Rica, tuve el apoyo de una gran cantidad de personas que me ayudaron mucho de distintas formas, desde ayuda moral hasta ideas ajedrecísticas. Personas como Juan León Jiménez, Oliverio Vargas, Bernal González, y muchos otros que no tengo el espacio para nombrar ahora, ayudaron en pequeña o gran forma a mi carrera ajedrecística”, subrayó el ajedrecista.
Así respondió Alejandro Ramírez Álvarez a las consultas que se le plantearon:
¿Qué ha sido de la vida de Alejandro Ramírez?
La vida de Alejandro Ramírez es bastante tranquila y feliz. No tengo el estrés de ser un jugador profesional, pero me gusta de una u otra forma mantenerme cerca del ajedrez de élite.
Tras prácticamente vivir la mitad de su vida en Estados Unidos, ¿cómo resume esta etapa?
Estados Unidos me dio y me sigue dando muchas oportunidades para buscar y superar muchos retos. En general, es una decisión de la cual estoy muy satisfecho.
¿Qué es lo que más extraña de Costa Rica?
Obviamente a mi familia, por otra parte, también extraño a veces el “pura vida” de Costa Rica, donde nada importa y nada ocurre; sin embargo, hay que tener cuidado con esta actitud ya que no fomenta el progreso. El clima también lo extraño definitivamente, no me gusta mucho la nieve. También extraño hablar español, es un idioma más rico que el inglés y en este momento mi teje y maneje del idioma es algo mediocre.
¿Cada cuánto viene al país?
Trato de ir cada año, pero no siempre es posible.
¿Cuánto creció su nivel de juego al irse al extranjero?
Cuando me fui al extranjero lo hice por razones ajenas al ajedrez, y a pesar de que subí algo de Elo durante mi estancia universitaria, realmente no estaba muy dedicado al deporte.
¿Qué fue lo más difícil que enfrentó?
El shock cultural además de estar completamente solo fue muy difícil para mí. Tomó más de un año acostumbrarme.
¿Cómo fue el manejo al ser el primer GM costarricense y de Centroamérica; y además en ese momento el segundo GM más joven del mundo?
Es difícil acordarme exactamente, tengo muy buenos recuerdos, pero ya parece que fue una vida completamente distinta. La verdad, en ese entonces convertirse en GM era más o menos un hecho para mi familia.
La meta final nunca fue ser GM, incluso en el 2003 cuando me convertí en uno realmente aspirábamos mucho más. Cuando hice mi última norma, ya mi papá y yo estábamos trabajando en convertirnos en 2600 y como jugar con los 2650+, así que simplemente se sintió como un escalón más. Toda la atención de la prensa si fue muy halagadora.
¿Cómo califica la cosecha de logros en su carrera en el tablero?
Los logros más significativos a nivel competitivo fueron claramente en el 2003, cuando trabajé seriamente en el juego, y en el 2013, cuando después de graduarme retorné al ajedrez, el segundo lugar en el Campeonato de Estados Unidos de ese año vino acompañado de otros buenos resultados.
¿A cuántos países ha viajado y lleva la cuenta de cuántos torneos ha jugado?
No tengo la cuenta exacta, pero debo haber visitado alrededor de 40 países. La cantidad de torneos si la tengo un poco perdida, además que tendríamos que valorar que cuenta como un torneo. ¿Un torneo de rápidas de un viernes cuenta igual que uno de lentas?
¿Qué anécdota nos puede contar de su incursión en el ajedrez hasta el día de hoy?
Hay muchísimas anécdotas. Tengo toda la vida en el mundo del ajedrez y he conocido a todo tipo de personas gracias a este deporte. ¡Habría que ser más específico! Si hay que decir que el mundo del ajedrez es pequeño, y eso da a luz a muchas anécdotas.
¿Qué sigue para Alejandro Ramírez? ¿Qué proyecta a corto, mediano y largo plazo?
En este momento soy el entrenador de la Universidad de San Luis y comentarista del club de ajedrez de la ciudad. Pienso que a corto y mediano plazo seguiré aquí, a largo plazo ya veremos. Por el momento San Luis es el epicentro del ajedrez a nivel estadounidense y hasta cierto punto a nivel mundial, así que me siento algo cómodo aquí. Por supuesto, estar muy cómodo es la forma más fácil de perder el filo, así que tengo que tener algo de cuidado de no estabilizarme demasiado y mantenerme con retos. Por el momento mi siguiente reto será participar de nuevo en el Campeonato Nacional de Estados Unidos, al cual he sido invitado, además de volver a los 2600. Es un poco de pena no tenerlos.
¿Siente que le falta algo por alcanzar en el deporte ciencia?
Como jugador me falta mucho por alcanzar, pero es muy probable que nunca lo haga. En este momento tengo muchos proyectos y distracciones como para sentarme y decir que voy a tratar de llegar a los 2700 o si quiera los 2650. Sin embargo, como entrenador todavía tengo varios torneos que conquistar, incluido el campeonato mundial.
¿Qué recuerda de su primera vez con un tablero?
No tengo memorias exactas de la primera vez, pero tengo buenos recuerdos de jugar en la sala de mi casa con mi papá, incluso antes de que conociéramos bien las reglas, eso de tomar al paso no lo teníamos muy claro, y por varios años.
¿A los 4 años que empieza, cuál fue la pieza que lo cautivó?
El ajedrez es un juego completo. Recuerdo que el set de tablero y piezas – un ajedrez que estaba lleno de polvo y que sacó mi papá de no sé dónde – que fue con el que aprendí el juego, era algo extraño, la cruz del rey era algo abstracta y era del mismo tamaño que la dama, así que no era tan claro cuál era cuál. ¡Resulta que los teníamos al revés!
¿Cómo ha sido manejar la fama que ganó a nivel mundial?
En los círculos que me manejo pues obviamente no se siente. No es extraño sentarme a cenar después de una ronda y ser la única persona en una mesa de 7 u 8 que nunca ha conseguido ser campeón del mundo, de categorías o en general. La fama se siente mucho más en la Olimpiada, y eso es bastante halagador.
Para cerrar y agradeciéndole que le haya concedido esta entrevista a la página web de la FCACR: ¿Cómo maneja estos días de cuarentena y cómo enfrenta Estados Unidos el tema del Coronavirus?
En general estoy bien. La gran mayoría de mis planes se han cancelado, y la verdad aún veo algo lejano que se reanuden los torneos. Por el momento sigo dando clases a mis estudiantes, que son de rango de 2500 a 2650, por Internet, aunque es difícil mantenerlos y mantenerme motivado. Teníamos el campeonato nacional universitario en Nueva York hace un par de semanas, y en este momento debería de estar preparándome para la ceremonia de clausura del campeonato de Estados Unidos, pero obviamente nada de eso ha pasado. En este momento los días pasan lentamente. En general, la situación en este país no se siente muy alentadora. Aún se desconoce mucho, y la gente tiene muchas diferencias de opiniones. Es difícil mantener a la gente distanciada. Hay muchísima política de por medio, y eso no es lo que necesitamos en este momento.
En general, mi estado está relativamente bien, no estamos como Nueva York, pero el peligro está a la vuelta de la esquina. Por el momento tengo varias semanas de no salir de mi casa más que para ir al supermercado.