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APRENDIÓ A JUGAR AJEDREZ EN LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL


APRENDIÓ A JUGAR AJEDREZ EN LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL

*Edwin Córdoba Solano al principio le parecía aburrido el deporte ciencia, pero una vez que entró en ese mundo no salió más.

Edwin Córdoba colabora en programas de enseñanza de la FCACR.

¿Qué es el ajedrez para Edwin Córdoba Solano? Fue la pregunta de entrada que le hicimos al ajedrecista, entrenador y árbitro vecino de Tierra Blanca de Cartago, un pueblito que se refugia en las faldas del volcán Irazú.

Su respuesta fue clara y concisa, fiel a su estilo: “El ajedrez es mi vida, lo puedo decir con toda certeza, ha sido de gran bendición, ya que a través del estudio y la práctica no solo paso horas muy agradables, sino que he tenido la gran dicha de conocer amigos y muy buenos. Con gran nostalgia veo cómo se realizan tantos torneos en Costa Rica y se me hace todavía difícil participar, pero me llena de gran satisfacción enseñar a las nuevas generaciones los secretos de ésta disciplina”.

Su aventura como jugador activo no duró mucho, participó en torneos como Porritas In Memoriam, Echeverría In Memoriam, varios certámenes por equipos, campeonatos de segunda categoría, en los cuales obtuvo el primer lugar, participó en los Juegos Nacional Liberia 83, entre otros.

La faceta más marcada que ejerce es la de enseñar el juego a las nuevas generaciones, labor que inició cuando el Comité de Deportes y Recreación de Cartago lo invitó a formar un equipo para competir en Juegos Deportivos Nacionales.

“Fue mi primera participación como entrenador de ajedrez de Cartago, fuimos medalla de oro en esos juegos que se realizaron en el colegio de médicos”, cuenta Córdoba Solano, quien posteriormente realizó un curso de entrenador con el MI Ramón Huertas en Mérida, México.

“Ahí obtuve el título de entrenador, también me preparé en el arbitraje y me tocó arbitrar finales nacionales de primera división. Luego por diversas razones socioeconómicas estuve retirado del ámbito ajedrecístico, hasta que creo que por el año 2000 llegó a mi casa el señor Ronald Valverde Fuentes, presidente de la Universidad Florencio del Castillo y me propuso que le administrara un club de ajedrez en la UCA, el cual lo llamamos Club UCA Bobby Fischer. Le propuse que trabajáramos por el ajedrez de Cartago y que yo me haría cargo del programa de Juegos Nacionales, actividad que logramos llevar a cabo con un rotundo éxito, ya que formamos jugadores desde la niñez, tal y como se lo propuse, y hasta el día de hoy los ajedrecistas de Cartago que se han destacado a nivel nacional e internacional podemos decir que fueron producto de la labor desempeñada en dicho club”.

Enseñar la disciplina es algo que cautiva a Edwin Córdoba, al tener la posibilidad de colaborar con niños y jóvenes a dar sus primeros pasos en un deporte que considera parte de su vida.

“Puedo dar fe que a través de todo el tiempo que me he dedicado a la enseñanza y el entrenamiento de niños y jóvenes es más la satisfacción que los inconvenientes que se hayan suscitado y que con todo orgullo puedo decir que he contribuido en algo en la formación de grandes ciudadanos, algunos practican y de muy buena manera este hermoso deporte y otros aunque ya no lo jueguen son grandes profesionales en otros campos, quedando demostrado la importancia de que se le dé la oportunidad a nuestros niños y jóvenes de aprender a jugar ajedrez”.

Asimismo, deja claro que “para ser entrenador de ajedrez hay que tener conocimiento de arbitraje y la experiencia como jugador es importante, para poder formar integralmente a las nuevas generaciones”.

El brumoso tiene presente que la tecnología tan marcado en el mundo actual es la principal diferencia del ajedrez de antaño con el de hoy en día.

“Los jugadores de antaño, al no tener los recursos y la tecnología que se tiene hoy día, se les dificultaba un poco el conocimiento y la participación en la arena internacional, eran unos pocos y que por su condición socioeconómica y geográfica lograron salir de nuestro país y adquirir grandes conocimientos, en estos tiempos gracias a la organización de la FCACR, jugadores sin muchos recursos participan en torneos internacionales y además cuentan con entrenadores capacitados que les guían en su correcto aprendizaje, antes era una actividad más de amigos y autodidacta”.

SUS INICIOS

Edwin Córdoba conoció el ajedrez en la estación de ferrocarril de Cartago, entrando a un bagón que lo condujo entró a un mundo que lo atrapó entre mover el alfil, el caballo, las torres, los peones y la dama en busca de atacar al rey contrario.

“Conocí a un señor que se llamaba Víctor Schmidt. En el ferrocarril lo que se practicaba bastante era el juego de damas, solo este señor conocía y jugaba al ajedrez. Un día lo vi que estaba jugando solo (eso pensé), pero me explicó que estaba jugando un torneo en Cartago y que analizaba una partida que tenía suspendida, lo que me impresionó mucho. Este señor como un auténtico maestro, me dijo, usted debería de aprender a jugar ajedrez, a lo que respondí diciéndole que lo veía muy aburrido, ya que se quedaba sumido mucho rato analizando y a mí solo me gustaban los juegos rápidos y de acción, sin embargo, no pasó mucho rato para que le preguntara de que se trataba ese “jueguillo” (que falta de respeto) y muy amablemente me empezó a enseñar los movimientos de las piezas”.

Con total franqueza afirma que “hasta el día de hoy no me arrepiento de haber dedicado el tiempo en aprender a jugar este noble juego. A los 15 días de haber aprendido me propuso don Víctor que jugara con el equipo de ajedrez en el que Él estaba, lo cual vi como un gran honor, antes se hacía un campeonato por equipos en Cartago y se jugaba en el club social de esa ciudad”.

Cuenta que “me apasioné tanto que al mes ya estaba jugando mi primer torneo de terceras divisiones en San José, en donde salí campeón nacional de terceras divisiones y durante varios años fui uno de los fiebres que llegábamos a jugar a la FECODA a practicar”.

Para este fiebre del ajedrez no todo fue color de rosa, por el contrario, el camino le ha puesto obstáculos que con la sabiduría misma que ofrece la disciplina los sorteó. Una de las piedras que esquivó fue los muchos kilómetros que separan a su natal Tierra Blanca de la Capital, principalmente por la complejidad con los buses.

“Para jugar torneos hacía un gran esfuerzo, ya que los torneos se jugaban en la FECODA a las 6 pm, terminaba de jugar las partidas a eso de las 10 o 11 de la noche y a correr a coger el bus de Cartago- San José, que salía a las 12 media noche y era el último.  Lo que hacía era jugar tranquilo sin pensar la caminada que tenía que pegarme desde Cartago a Tierra Blanca, tenía una gran condición física en ese entonces porque al día siguiente me esperaba una jornada de labores agrícolas a la que no podía faltar”.

Córdoba Solano aspira a contribuir en la promoción del deporte ciencia y aportar su granito de arena mediante la enseñanza del juego.

“Por último, quiero enviar un mensaje tanto a nuestros jóvenes y niños que quieran aprender a jugar ajedrez, que se den cuenta que tenemos un ente que se preocupa por la enseñanza y la práctica del ajedrez que es la FCACR y que estaremos en la mejor aptitud porque adquieran el conocimiento necesario, tanto para practicarlo como deporte o de forma recreativa y les aseguro que no se van a arrepentir de practicarlo, ya que se adquieren muchas habilidades intelectuales como, concentración, capacidad de análisis, toma de decisiones, por citar algunas, fortaleciendo así la preparación en nuestras vidas”.    

La FCACR agradece a Edwin Córdoba la anuencia de colaborar en los vídeos “Aprenda a jugar ajedrez en casa”, que se publican en Facebook los días lunes y viernes, y la colaboración que el entrenador brinda en otros campos.